La muerte es parte de la vida, aunque hay pérdidas que resultan muy
difíciles de superar. La de un hijo es la más dura, pero también la del
marido o la esposa en plena juventud, o la de un ser
especialmente querido. La tristeza y el malestar pueden considerarse
normales,- depende de la intensidad de las reacciones y de la duración
de las mismas el que sean preocupantes y haya que
buscar ayuda profesional.
Perder a un ser querido es lo más duro que nos puede pasar en la
vida. Sufrir es inevitable, pero lo normal es que el dolor vaya dando
paso a otros sentimientos menos agudos, como la tristeza, la
aceptación, la nostalgia y -finalmente- la necesidad de seguir con
nuestra propia existencia. A continuación analizamos los aspectos de un
duelo, cuándo es patológico y cuándo no y, además, te
orientamos para superar la crisis lo mejor posible.
Duelo es una palabra que procede del latín “dolus”, que significa
dolor. El duelo es un sentimiento de pérdida provocado por el
fallecimiento de un ser querido. Según la persona y la sociedad en
la que vive, el duelo puede ser más o menos intenso, más o menos
duradero, pero en cierto momento lo normal es que se vaya apaciguando.
Etapas del duelo individual
A continuación descripción de 3 fases del duelo
1. Fase inicial o de evitación: Reacción normal y terapéutica, surge como defensa y perdura hasta que el Yo consiga asimilar gradualmente el golpe. Shock e incredulidad, incluso negación, que dura horas, semanas o meses. Sentimiento arrollador de tristeza, el cual se expresa con llanto frecuente. Inicia el proceso de duelo (el poder ver el cuerpo), y lo que oficializa la realidad de la muerte es el entierro o funeral, que cumple varias funciones, entre ellas la de separar al muerto de los vivos.
2. Fase aguda de duelo: Dolor por la separación, desinterés por el mundo, preocupación por la imagen del muerto, incluso seudoalucinaciones, la rabia emerge y suscita angustia. Trabajo penoso de deshacer los lazos que continúan el vínculo con el ser amado y reconocer la ambivalencia de toda relación; todas las actividades del doliente pierden significado en esta fase. Va disminuyendo con el tiempo, pero pueden repetirse en ocasiones como los aniversarios y puede durar 6 meses o más.
3. Resolución del duelo: Fase final, gradual reconexión con vida diaria, estabilización de altibajos de etapa anterior. Los recuerdos del ser desaparecido traen sentimientos cariñosos, mezclados con tristeza, en lugar del dolor agudo y la nostalgia.
Se describen 4 tareas para completar el duelo:
• Aceptar la realidad de la pérdida.
• Experimentar la realidad de la pérdida.
• Sentir el dolor y todas sus emociones.
• Adaptarse a un ambiente en el cual falta el ser que murió, aprender a vivir en su ausencia, tomar decisiones en soledad, retirar la energía emocional y reinvertirla en nuevas situaciones o relaciones.
A continuación descripción de 3 fases del duelo
1. Fase inicial o de evitación: Reacción normal y terapéutica, surge como defensa y perdura hasta que el Yo consiga asimilar gradualmente el golpe. Shock e incredulidad, incluso negación, que dura horas, semanas o meses. Sentimiento arrollador de tristeza, el cual se expresa con llanto frecuente. Inicia el proceso de duelo (el poder ver el cuerpo), y lo que oficializa la realidad de la muerte es el entierro o funeral, que cumple varias funciones, entre ellas la de separar al muerto de los vivos.
2. Fase aguda de duelo: Dolor por la separación, desinterés por el mundo, preocupación por la imagen del muerto, incluso seudoalucinaciones, la rabia emerge y suscita angustia. Trabajo penoso de deshacer los lazos que continúan el vínculo con el ser amado y reconocer la ambivalencia de toda relación; todas las actividades del doliente pierden significado en esta fase. Va disminuyendo con el tiempo, pero pueden repetirse en ocasiones como los aniversarios y puede durar 6 meses o más.
3. Resolución del duelo: Fase final, gradual reconexión con vida diaria, estabilización de altibajos de etapa anterior. Los recuerdos del ser desaparecido traen sentimientos cariñosos, mezclados con tristeza, en lugar del dolor agudo y la nostalgia.
Se describen 4 tareas para completar el duelo:
• Aceptar la realidad de la pérdida.
• Experimentar la realidad de la pérdida.
• Sentir el dolor y todas sus emociones.
• Adaptarse a un ambiente en el cual falta el ser que murió, aprender a vivir en su ausencia, tomar decisiones en soledad, retirar la energía emocional y reinvertirla en nuevas situaciones o relaciones.
No hay comentarios :
Publicar un comentario